miércoles, 17 de abril de 2013

RESUMEN DE LOS CAPITULOS 1,5,6 DEL LIBRO PSICOLOGÍA Y SALUD DE EMILIO RIBES

EL ÁMBITO PSICOLÓGICO DE LA SALUD
El autor en este capítulo se refiere a la salud en términos de dos ámbitos: el Biomédico  refiriéndose a la salud en términos de la enfermedad y socio cultural, hace referencia  al bienestar. Así mismo nos indica que el modelo medico biológico de la salud como carencia de la enfermedad, hace énfasis en las condiciones propias dl organismo y de los distintos subsistemas que lo integran. Es decir concibe a la salud a la salud como una metáfora del organismo fortaleza defendiéndose de invasiones externas, considerándose la salud como un estado intrínseco del organismo en tanto es resistente a los agentes externos.
En cambio el modelo sociocultural señala una correlación entre carencia de la enfermedad  y condiciones practicas de la vida, existiendo indicios como las condiciones de vida, determinadas por el medio físico y las practicas socioculturales, son directamente responsables de las alteraciones del a salud biológica en toda clase social.
Para que ambos modelos sean viables en sus prácticas preventivas, curación  y rehabilitación  dependen del comportamiento entendido como practica individual de un organismo biológico  en un medio regulado por relaciones socioculturales. El organismo es todo biológico estructurado con base en su herencia y experiencia individuales frente a un medio que le es característico. Esta no es otra cosa que la dimensión psicológica de su práctica como individuo, es indispensable para examinar las condiciones particulares que lo distinguen en su funcionamiento biológico en otros organismos coespecificos, constituyendo el análisis psicológico la dimensión en la que se plasma la individualidad de una biología particular como entidad ubicada en un entorno.
Por otra parte la funcionalidad y organización del ambiente humano, como ambiente práctico obedece a razones históricas de orden sociocultural.
Supuestos De Un Modelo Psicológico De La Salud
En estos se plantea que la salud como concepto integrador de dos dimensiones diferentes, la social como bienestar, y la biológica como ausencia de la enfermedad, solo puede concebirse en la práctica real mediante su vinculación con conceptos propios de la actividad individual humana en tanto relación de un sistema biológico con un ambiente de naturaleza sociocultural.
Esta interrelación  entre las condiciones ambientales propiciadoras del bienestar y la acción de agentes fisicoquímicos y biológicos sobre el estado del organismo se da como y mediante la práctica social de los individuos. Es decir que en última instancia, la prevención, curación, rehabilitación o inicio de una enfermedad implica la participación del individuo actuando. Esta es la dimensión psicológica de la salud y  compone tres factores fundamentales:
1.- La forma en que el comportamiento participa en la modulación de los estados biológicos, en la medida en que regula el contacto del organismo con las variables funcionales del medio con el que interactúa.
2.- las competencias que definen la efectividad del individuo para interactuar con una diversidad de situaciones que directa o indirectamente afectan a un estado de salud.
3.-Las maneras consistentes que tipifican a un individuo en su contacto inicial  con situaciones que pueden  afectar potencialmente  su condición biológica.


EL COMPORTAMIENTO Y LA PREVENCION DE LA ENFERMEDAD
Se en tiende que el comportamiento es el mediador directo e indirecto, mediato o inmediato de los efectos del ambiente sobre el organismo, la prevención de la enfermedad biológica descansa en la disponibilidad de formas de comportamientos eficaces para tales propósitos. Toda acción  preventiva de la enfermedad requiere criterios y programas fundamentados en el comportamiento de los individuos.
Las diversas formas de Prevención
Se considera que el nivel psicológico de prevención constituye la dimensión prioritaria desde el punto de vista de la salud individual, sin este las intervenciones en los dos niveles restantes, el biomédico y el sociocultural, carecería de eficacia práctica.
La prevención sociocultural se considera desde la perspectiva de la disponibilidad de circunstancias físicas favorables a la prevención de  la enfermedad y un desarrollo biológico armónico, así como desde la óptica de la existencia de prácticas culturales del grupo, congruentes con el propósito de promover la salud y prevenir o eliminar condiciones patológicas de carácter biológico. Por otro lado si bien es importante un ambiente salubre se sabe que en sociedades con altos índices de bienestar físico y económico las propias circunstancias que la aparición de ciertas enfermedades de tipo endémico propician directa o indirectamente el surgimiento y el desarrollo de enfermedades cronicodegenerativas. Por el contrario en sociedades con bajos índices de bienestar físico pueden establecerse prácticas sociales efectivas en los individuos que contra resten  los efectos nocivos de un ambiente desfavorable.
La prevención biomédica muestra dos planos complementarios, la inmunización y la detección y trata miento temprano  de patologías incipientes. la prevención primaria desde el punto de vista biomédico se  entiende como el desarrollo de un amplio sistema de inmunización biológica, sin embargo esta forma de prevención se restringe solamente  aquellos casos de enfermedad es conocidas. Así mismo también se requiere de otros factores  para que se a eficaz, como por ejemplo: información a la  población, sobre la patología, servicios médicos organizados y con recursos adecuados para atender.
Dimensiones Psicológicas de la Prevención
Podemos señalar que aun cuando las acciones biomédicas concentran la mayor parte de las intervenciones terapéuticas, resultan insuficientes cuando se examinan su función preventiva, limitándose a niveles preventivos de segundo orden. Desde el punto de vista del modelo psicológico los factores conductuales asumen un papel fundamental en la prevención de la enfermedad, ya que abarcan la mayor parte de las acciones preventivas primarias. a si mismo para que este enfoque preventivo primario funcione deben cumplirse dos condiciones.
1.- Deben establecerse interacciones psicológicas que no afecten negativamente  o por el contrario fortalezcan, la immunocompetencia del organismo.
Deben poseerse las competencias efectivas situacionales que se traduzcan, dadas condiciones particulares, en conductas instrumentales que reduzcan el riesgo patológico o daño biológico.

CONSIDERACIONES ACERCA DEL PROBLEMA DE LA SALUD MENTAL
Se considera a la salud mental inexistente desde el punto de vista del modela  psicológico fundamentándose en una teoría de campo del comportamiento, en marcado los problemas supuestos al campo de la salud mental en la etapa de resultados del modelo, y en especial a los componentes vinculados con las conductas asociadas con la enfermedad.
El comportamiento en tanto morfología, posee múltiples   dimensiones de funcionalidad y ello no es excepción con las conductas asociadas a la enfermedad. …………………..
La lógica de la salud mental
Se examinaron los errores lógicos sobre los que descansa tocando la naturaleza de los procesos mentales y su papel al respeto del comportamiento del individuo, como en lo relativo a la convivencia de examinar las alteraciones del comportamiento desde la perspectiva de un modelo biomédico.
Lo mental como distinto de lo corporal
Los acontecimientos mentales se conciben como un mundo interno, con características especiales. Ocurren en un cuerpo pero carecen de espacialidad. No obstante , en tanto que tienen lugar en un cuerpo, se ven afectados por las circunstancias y estados de ese cuerpo, y de manera sorprenderte, aun cuando los acontecimientos mentales no ocurren en coordenadas espaciales ni son materiales, poseen la propiedad de afectar recíprocamente al propio cuerpo en el que ocurren. Expresándose este mundo de representaciones de dos maneras.
·         Como presentaciones repetidas de un acontecimiento interno, (una emoción , un recuerdo)
·         Como representación visual interna de acontecimientos externos, ya sea en forma de imágenes o bien de conceptos.
En ambos casos, el mundo del mental como representaciones tiene un estatuto privilegiado  respeto de cualquier otra clase de acontecimientos.
Constituye un mundo dentro del propio individuo, siendo su propio mundo interno. Entonces cuando las personas  utilizan palabras o expresiones que hacen referencia a contextos mentales, dichas palabras o expresiones tienen sentido  solamente en el contexto o circunstancia en la que se usan. Encontramos dos argumentos que dan razón porque es un error lógico suponer la existencia de acontecimientos mentales referidos por el habla ordinaria que se definen gramaticalmente en la forma de sustantivos y verbos no corresponden necesariamente a objetos y acciones.
Por otra parte, no solo los sustantivos y los verbos no se  aplican necesariamente para designar objetos y acciones.  El habla no trasmite significados si no que posee sentidos las palabras y expresiones tienen sentido en un contexto siempre social en el que obviamente se pueden dar objetos y acciones.
El lenguaje de lo mental no tiene nada que ver con un mundo interno. Es el lenguaje que forma parte de las prácticas sociales del individuo, y que adquiere sentido solo en la medida en que corresponde solo a un contexto socialmente determinado, teniendo sentido para él y para los otros con quien habla.
La conducta: manifestación de la patología de lo mental
Al examinar el supuesto que las conductas anormales pueden identificarse por su forma, de que en la medida en la que se ajustan a dicha forma su funcionalidad o patología es universal para todos los individuos y puede diseñarse técnicas y procedimientos especiales en esta se destaca dos argumentos:
Argumento de naturaleza teórica, ve con la naturaleza misma de las mal llamadas conductas a normales. La conducta no es normal ni anormal. Lo anormal  o normal de un comportamiento es atribución de un juicio de valor social respeto a él. Los enfoques de tipo conductual, que cuestionan al modelo medico por ser un modelo causal que opera a través de entidades externas han aceptado con terapias y técnicas conductuales que hacen hincapié en la identificación de comportamientos específicos observables.
El segundo argumento es de naturaleza empírica no parecen  existir  correspondencias entre las categorías de diagnostico y su eficacia respeto a la eliminación de la conducta anormal a la curación del paciente. Las categorías diagnosticas constituyes descripciones sintomáticas de tipo morfológico y caracterizaciones etiológicas basadas en trastornos o discusiones biológicas conocidas.

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